Design Thinking, la metodología que ayuda a resolver problemas y que se ha extendido ampliamente en el ámbito de los negocios y la innovación, supone también un marco extraordinario para mejorar la forma de trabajar en las organizaciones. Veamos por qué.

Design Thinking se conceptualizó de forma teórica en Stanford y se ha extendido posteriormente al mundo empresarial, sobre todo de la mano de la consultora Ideo, gracias a su enfoque práctico y centrado en la persona.

Las fases de Design Thinking nos facilitan el camino que debemos recorrer para diseñar soluciones que realmente aporten valor a nuestros clientes, usuarios e incluso ¿por qué no? a los profesionales de nuestra organización … ¿Cuáles son estas fases?

Empatizar –> Definir –>Idear –>Prototipar –> Testar

Bajo este marco metodológico se cuenta, además, con numerosas herramientas que facilitan el desarrollo de cada una de las fases del proceso de diseño con Design Thinking.

Como vemos, en este modelo, idear no es la primera fase. En algunas organizaciones se obsesionan por empezar con la ideación y ponen toda la carne en el asador en la generación y canalización de ideas (buzones de sugerencias, concursos, premios, kackatones,…). Muchas de estas ideas no abordan los problemas que la organización necesita abordar, no están alineadas con la estrategia de la Compañía o algunas ni siquiera tienen sentido en el contexto actual.

Decía Charles F.Kettering (ingeniero-inventor con más de 140 patentes) «Un problema bien planteado es un problema medio resuelto» De ahí que comenzar por comprender y definir el problema sea vital en este proceso.

Design Thinking aplica 4 principios básicos

Esta metodología aplica, además, 4 principios que fomentan el desarrollo de la mentalidad adecuada para abordar la solución de problemas y que mejoran notablemente la forma de trabajar en las organizaciones. De hecho, existen numerosos programas de desarrollo en la actualidad enfocados a impulsar una mentalidad y actitud innovadora.

¿Quieres saber cuáles son estos principios? Te los explicamos a continuación:

Empatizar:

Aplicar Design Thinking implica comenzar por comprender mejor el contexto del problema que queremos resolver para definir cuál es exactamente el problema que queremos abordar (del cliente, de los usuarios, de la organización,…)

Muchos de nosotrxs hemos sido entrenadxs en dar soluciones, en encontrar la respuesta correcta rápidamente. Preguntar no siempre estaba bien valorado. Eso nos situaba directamente en fase de ideación.

¿Cómo resetear esta forma de pensar?  Retrocediendo a una fase anterior, poniéndonos en disposición de explorar y comprender la situación antes de dar soluciones.

Utilizar Design Thinking ayuda a comprender que nuestro punto de vista es uno más, no necesariamente el correcto y si queremos saber cómo ayudar a otrxs, el camino más directo es indagar y preguntar (no deducir)

Co-crear:

Utilizando esta metodología  enseguida entendemos y aceptamos que, como individuos, tenemos perspectivas limitadas y que es necesario contar con otros puntos de vista para ampliar nuestra limitada percepción.

Si aplicamos este principio a nuestro entorno profesional comenzaremos, entonces, a relacionarnos con personas con diferente bagaje, experiencias, conocimientos y maneras de pensar; no tendremos miedo a compartir reflexiones e ideas y fomentaremos el feedback multidireccional para aprovechar la inteligencia colectiva y la generación de sinergias.

La co-creación también tiene lugar con la persona a la que vas a ayudar (cliente, usuario, profesional,…) Ella es la que mejor entiende su problema y la que realmente sabe cuándo y cómo le estás aportando valor. De ahí que co-crear con el cliente sea clave en Design Thinking. Se crean soluciones contando desde el principio con la aportación del destinatario para no desviarnos de la verdadera aportación de valor.

Iterar:

En Design Thinking prototipar-testar-aprender- prototipar-testar-aprender es el proceso natural para depurar aquello que estamos diseñando. Nada se diseña de forma perfecta a la primera.

Si tú también has escuchado infinidad de veces la frase “hazlo bien o no lo hagas” éste es el principio que más necesitas aplicar. Cambia esa frase por “Fail fast, fail cheap” Falla rápido, falla barato. Separa tu ego de la tarea que estás desempeñando y entiende que, en contextos de incertidumbre, no podemos saber qué funciona y qué no hasta que no lo testeamos. En algunos equipos creativos incluso se generan dinámicas para entrenar el “fracaso” Hablaremos de ellas en próximos posts.

Visualizar:

Las herramientas que se utilizan en Design Thinking son muy visuales y nos ayudan a tener una perspectiva más global del asunto tratado, a relacionar distintos aspectos, a encontrar oportunidades de mejora y sinergias y, sobre todo, facilitan el debate sobre un marco común visual con un lenguaje común.

 

Y en tu entorno profesional ¿aplicas también estos principios?

Susana Julián García

Socia Galaris Desarrollo